La primera Constitución social fue la de México
febrero 19, 2020
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La carta de 1917 trajo estabilidad, promulgó la educación gratuita y varios derechos laborales.
La primera Constitución del mundo fue la carta magna de 1215, con la que los nobles ingleses pusieron límites al poder del rey.
De entonces a la fecha, las constituciones han sido la forma de controlar el poder.
En la Revolución francesa se hizo la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que sería incluida desde entonces en las constituciones de los diversos países del mundo a lo largo del siglo XIX.
Fue en México, tras el triunfo de la Revolución, cuando en 1917 se promulgó la primera Constitución social del mundo. El Estado debía garantizar no solo el respeto a las garantías individuales, sino también los derechos sociales de los trabajadores del campo y la ciudad.
En el proceso de la construcción de su Estado nacional, México tuvo cinco constituciones y dos textos normativos para los imperios.
Desde la lucha por su independencia se debatieron dos proyectos de nación: la república y la monarquía.
En plena guerra insurgente se promulgó el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, que estableció un gobierno republicano en el territorio liberado, abolió la esclavitud y dio preeminencia al Legislativo sobre los otros dos poderes.
Al consumarse la independencia hubo un efímero imperio de un año que emitió un Reglamento Político Provisional. A su caída se estableció una República Federal (1824), y en el Acta Constitutiva de la Federación se incluyeron los derechos del hombre y del ciudadano.
Los republicanos se dividieron entre federalistas y centralistas, hasta que en 1857 triunfó definitivamente el federalismo y se suprimió el Estado confesional. Ello llevó a una guerra civil que se continuó con la intervención extranjera, que buscó establecer un Segundo Imperio. Finalmente triunfó la República, federal, representativa y laica.
Al finalizar el siglo XIX, una dictadura de más de tres décadas concentró el poder y la riqueza, y provocó el estallido social. En el proceso revolucionario, además de las demandas políticas de sufragio efectivo y no reelección, surgieron las exigencias sociales de tierra, libertad, justicia y ley de los zapatistas, y las laborales, después de las represiones de las huelgas de los mineros de Cananea y de las fábricas textiles de Río Blanco.
El primer gobierno revolucionario y democrático sucumbió, ante el embate de la contrarrevolución. Finalmente fue el movimiento constitucionalista el que logró hacer triunfar a la Revolución y reunir un Congreso constituyente para restablecer el orden constitucional.
Convocado por Venustiano Carranza, por vez primera fueron elegidos en forma directa 219 diputados. En medio de una guerra civil entre los propios revolucionarios, con contrarrevolucionarios en pie de lucha y el ejército estadounidense persiguiendo a Francisco Villa en territorio nacional, se reformó la Constitución de 1857, para incorporar las demandas sociales, en un capítulo que se llamó de Trabajo y Previsión Social.
La nueva constitución de 1917 incorporó en el artículo tercero la educación gratuita, obligatoria y laica, promulgada por Benito Juárez; suprimió los latifundios en el artículo 27, reconoció la personalidad jurídica de las comunidades indígenas y recuperó la propiedad del subsuelo para la nación.
En el artículo 123 estableció la jornada laboral de ocho horas, el descanso dominical y el salario mínimo, introdujo el principio de que a trabajo igual debía corresponder salario igual, otorgó la libertad de sindicalización, el reparto de utilidades y la indemnización por accidentes laborales. Las mujeres trabajadoras no debían desempeñar trabajos físicos tres meses antes del parto y gozarían de un mes de descanso con goce de sueldo, después de dar a luz.
Hoy, tras 103 años de la primera Constitución social, celebramos su promulgación, la misma que le dio estabilidad al Estado mexicano. En palabras de uno de los diputados constituyentes, Heriberto Jara, sobreviviente de la represión de la huelga de Río Blanco, “la formación de las constituciones no ha sido otra cosa sino el resultado de la experiencia, el resultado de los deseos, el resultado de los anhelos del pueblo”.
Patricia Galeana
Embajadora de México en Colombia